sábado, 7 de marzo de 2009

Towards the spire

Después de ver una gran película -en este caso Gran Torino-, de leer una página de un libro, estoy leyendo a Lauriño, de escuchar a alguien con sentido, después de leer un buen artículo, de escuchar una idea -la de nombrar a Dublín ciudad literaria, que ya lo es, pero otorgarle el título-, las piernas empiezan a moverse, al ritmo de las ideas recebadas, y unas y otras caminan hacia el Spire, y ven el mundo a través de un cristal, el de la ventana de un autobús urbano, una mañana de sábado que anticipa lluvia, pero qué importa la lluvia si vuelven las ganas de avanzar -y eso que se puede tropezar al bajarse del autobús de dos pisos y darse de bruces con la realidad-calle, avanzar towards the spire, y agradecer que Casimiro Palacios te diga, "un paso hacia atrás, eso nunca". El cemento está forjado, claro, pero después de todo aquello, se piensa que siempre hay tiritas. Esperemos que sean suficientes las de una caja. Ah, ver el cemento de cerca hace ver más alto el spire, ese aguijón en el cielo, en cualquier cielo, pero en el de Dublín.

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