domingo, 19 de enero de 2014

Corners, Esquinas

As I am writing this I notice outside my window a man standing on the corner. It’s nearly 1 o’clock, when the Hare Krishna van is due to park down the street in order to distribute free curry to the poor of the neighbourhood. Anticipating its arrival, a small crowd usually gathers, sitting on the edge of the pavement or lounging against the wall. The man on the corner obviously wants no part of this enforced conviviality, though he is as hungry and needy as the others. So now he waits, and when the van arrives and the queue subsides, having shown himself not too eager, and so set apart from the rest, he walks down the street to collect his lunch. That is me.
Alan Bennett
Untold Stories
(p. 142)

Al escribir esto veo por la ventana a un hombre de pie en la esquina. Es casi la una, cuando se espera que la furgoneta de los Hare Krishna aparque en la calle para repartir curry gratis a los pobres del vecindario. Anticipando su llegada, una pequeña multitud se reúne a menudo, sentados en el borde de la acera o apoyados en la pared. El hombre de la esquina obviamente no quiere tomar parte de esta forzada cordialidad, aunque está tan hambriento y necesitado como los otros. Así que espera, y cuando llega la furgoneta y la cola se acorta, tras haberse mostrado no demasiado impaciente, y tan apartado del resto, baja la calle a recoger su comida. Ése soy yo.

Alan Bennett
Untold Stories
(p. 142)


lunes, 6 de enero de 2014

Invisibilidad


No, no son iguales las líneas, los perfiles. Cada uno con su lenguaje. Esperan. Hablan, aun en silencio. Descansan del mundo. Esperan y hablan. Nadie escucha, y, sin embargo los ajenos dioses herederos del grillete del tiempo dicen estar atentos, espectadores que aplauden el vacío del estruendo acogedor. Y, mientras tanto, la invisibilidad hiere y protege, cual intenso refugio.

jueves, 2 de enero de 2014

La tarde



La tarde
Bruma alrededor, envueltos en imperceptibles dedos de tiempo –presente, futuro, pasado–, borrados dígitos. Avanza la tarde vestida de claraboya, repiqueteo de lluvia. Hablan las uñas de la tarde, y escuchamos su historia.
—Decido ser tarde vestida de frío y agua.

Habla en absoluto mutismo. Avanza invisible sobre la humedecida y absorta hierba. Interlocutoras entre gorriones que picotean el silencio. Diálogo, otro pentagrama surgido de la tierra.