jueves, 20 de noviembre de 2008

Por la libertad, contra la intolerancia


El silencio es bello, pero nunca si es impuesto. Por todos aquellos que tuvieron que callar, por los que callamos a menudo y no deberíamos hacerlo siempre, porque no hay que quedarse mudo ante los que pretenden imponer su dictadura sobre el derecho de las personas a la libertad. En esta sociedad que sigue siendo clasista, hasta el punto de semejar una sociedad medieval, y curiosamente alimentada por las banderas que algunos quieren imponer, tan sólo porque es políticamente correcto, no porque crean en las ideas que proclaman, en esta sociedad no se puede uno quedar callado ante la hipocresía social, ante la intolerancia y la injusticia. Suena a consigna, pero no es más que una pacífica batalla, que no pretende ser perdida. Hoy es un libre día de noviembre, de un otoño que no está subyugado.

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