jueves, 29 de julio de 2010

Flowers of life and friendship

Las flores están ahí, donde han escogido sus compañeros de viaje, pero miran al mar del norte y entienden que quieren estar en su compañía. Comprensivas flores, bien regadas por el entendimiento que proporciona el cariño. ¿Y si el viento no entiende de casas construidas sobre el agua de la transparencia y sólo busca zambullirse en su propio y viejo universo embriagado de nostalgia, vinos agrios, y ausencia de color, de palabras que no sean las dictadas por los gritos golpeados contra cien mil mesas de taberna oscura, enmohecida por el sinsentido de un atril donde reposan los barriletes de cerveza, roída vestimenta de bufones de tierra adentro? Está tranquila la mar, en apariencia, las flores reposan en lechos de rimas libres. Pero dentro, muy dentro, bajo cubierta, reina el desánimo, el desencanto, la decepción, porque el viento no entiende de cuerdas que firmemente sujetan la vela para que las cestas repletas de flores perseverantes no se vayan a la deriva.

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