miércoles, 13 de mayo de 2009

Hanging in the air, tristes

Ahí, arriba, izados sobre nuestras cejas, que se convierten en ojiva curiosa, y ellos, los que bailan sin quererlo allá arriba, forman la cara de la ironía.
Respirar, hacia arriba, cuesta un esfuerzo que los arcos ojivales no están dispuestos siempre a hacer. Porque, aun cuando se aprecia la belleza de una formación subida a la luna de la interpretación, de una persona que, simplemente, respira, cuesta digerir una palabra expulsada al aire con agría burla, o con enojada rabia, o como una señal de tráfico que dice "Alto". 
Subidos a la luna de la complacida y maravillosa rutina, a veces sólo se ve la dificultad que reportan las escaleras. 
Mientras, allá arriba, izados sobre nuestras arqueadas cejas, se mueven los actores de la historia. Queda esa imagen bella. Y esa cara, ironía en el aire, arte en la luna artificial.

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