sábado, 18 de mayo de 2013

Nada



Una tabla pintada con brocha de pared, una llave de voz muda y oxidada, una ventana que ofrece un día desapacible, unos ojos salados que nadie quiere ver sino como ridículos, unas palabras que no salen fluidamente o que se precipitan resbalando y rompiéndose en el suelo, una mesa llena de notas que no van a ningún lado que son caminos muertos, un entusiasmo empapado en bolsas usadas de té, inútiles ya, una presencia que no se extraña que no se espera que no se añorará, un cerebro que se atora en un libro abierto mientras contempla la niebla alrededor, una mano que quiere ser útil y que tan sólo es una corriente de aire que cierra una puerta. La nada. ¿Por qué pretende ser algo?

No hay comentarios: