sábado, 21 de abril de 2012

Rosarum


Hacia abajo la mirada, huyendo de la vanidad de un astro lejano, hacia abajo el agua vertida sobre sus invisibles manos. Estalló la ira, de las rosas. Apretados pétalos en busca de silencio, de palabras. Hacia dentro, la mirada, invisibles las manos cerradas. De las rosas, contenida la ira. No más arbustos hueros de oídos, no más reflexiones aniñadas. Callados los pétalos ensangrentados, de ira, de las rosas. Hablaron, invisibles, las manos. Parlamento de las rosas, enmudecidas por el ruido, chillidos de arbustos, de plástico, mohatra de mercaderes de palabras inexistentes.

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