Para Lauro
Siguiendo al fotógrafo, al que se detiene, buscando la historia encuadrada entre unas precisas coordenadas, adjetivada por el poder de la luz o por su ausencia, y escribe sobre cada diminuta pieza de ese engranaje de su técnica que es su cámara, dictando al aire que se aproxime o dé unos pasos atrás, plasmando un verso, apenas audible, entonando un ritmo indudablemente visible. Intento dibujar una escena, también. Pero la nube de la técnica se alejó airada del imitador, y se fue con el paso raudo del fotógrafo que ya buscaba otra perspectiva. Me apresuro a alcanzarlo, para escuchar el ritmo yámbico del obturador.
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