jueves, 8 de septiembre de 2016

Stockholm


Llega aquí, ahí, aquí, cada vez que hay que huir, de los vivientes muertos que le cierran puertas y ventanas a la comprensión, y la dejan caer, aún con la cara mojada, en una caja amortajada por papel de colores, y pretenden exhibirla como regalo mudo. Asfixiada. 
Stockholm, rasga el celofán, por favor. Porque nunca, ni siquiera, leerán un 'por favor'. Nunca la dejarán marchar, No entienden la música de la banda del ejército que toca para el agua, ni quieren entenderla. 
Stockholm. Dónde estás.

viernes, 27 de mayo de 2016

Lo raro


Dicen que eres raro porque muerdes, aunque sea figurativamente hablando. No se cansan de decir que eres raro. Y ¿qué es lo raro? ¿qué es lo normal? ¿Estar metido en la caja que prefiguran para ti, en una agradable jaula de color de rosa? ¿Ronronear al ritmo que marca la mayoría, siguiendo las costumbres aunque ello implique lo que quieran que implique? ¿Qué es lo raro y qué lo normal? ¿Dónde está la rareza? ¿Acaso en querer ir siguiendo un ritmo propio, el que te marca el organismo propio y no el reloj biológico que te prefiguran otros, aunque el reloj biológico sea tan sólo la alarma que indica hora de comer o llorar? Ahí estás, mirando alrededor, sin saber si saltar, o quedarte atrapado en donde que colocan. Y ya estás, francamente cansado.

domingo, 15 de mayo de 2016

Lighthouse


¿Para qué intentar entender que estás ahí, al borde del acantilado, que estás ahí sujeto por las raíces de las encinas, de los matojos y espinos, y no puedes saltar, más allá de ese horizonte? ¿Para qué gritar, sin mover las cuerdas vocales, si las raíces con las que intentan estrangularte presumen de su sordera? Si tan sólo pretendes hallar la tranquilidad que proporciona el horizonte propio, no el que pretenden dibujar para ti. Si tan sólo pretendes ser lo que eres, y no lo un capricho de quien se viste de espejo para que todos se reflejen en él, para quien defiende la libertad de las raíces mientras con ellas te estrangula. ¿Para qué seguir ahí, si no te dejan si quiera encender?
Faro

domingo, 17 de abril de 2016

Dialogues



-¿Por qué no hablas?
(-Escribo.)
-¿En el aire?
(-¿Quién escucha?)
-¿Por qué no dices nada?
(-Escribo.)
-¿Por qué no te unes a nuestros monólogos?
(-Escribo. ¿Quién escucha?)
-¿Por qué no eres de los nuestros?
(-Escribo.)

Y sigo ahí, a la ventana, observando. Escribo. No suscribo monólogos, y me aterra el tatuaje de los posesivos. Escribo. Escucho. Tan sólo quiero seguir ahí, hablando sin parar. En silencio.

domingo, 6 de marzo de 2016

Red


Redes

Piedras, entrelazadas. Callas, sí, callas. Muros de palabras que otros dejan caer, piedras sobre el silencio. Ladrillos, trenzados. Silencios, sí silencios. Inútil intentar hablar, porque siempre hay un ladrillo que se interpone, y se acumulan, y forman muros. Techos de varas, tejidas. Inútiles lágrimas, tan inútiles. Y de pronto, pero siempre has estado ahí, en el saco de la alforja, como una red, una trampa. Inútil hablar, inútil hacer, inútiles silencios, Nada. Dicen que son paredes que escuchan, atentas, pero no a los silencios. Qué hacer dentro de la alforja de la nada, de la inexistencia, de la invisibilidad de la carga. Silencio, qué más. Nada. Candados atoran las puertas.

sábado, 13 de febrero de 2016

Vanitas


Buscando el foco, mirando al objetivo, solicitando la rúbrica que tatúe la vacuidad del efímero momento de notoriedad, mientras se sujeta la columnata donde se apoyan los egos ajenos. Huyendo de la cotidianidad del esfuerzo diario de los que tan sólo ofrecen conversación, tan sólo, tanto obviado. Y, de nuevo, la cámara enmascara sonrisas.
-Más cerca, por favor. Todos juntos.
El recorte de periódico en el centro, un coro de sonrisas -'Somos notorias también'- alrededor. Dejando que la tinta de la nombradía se derrame sobre todos.
-Una foto para enseñar toda la vida. Oh, el importante al lado. Oh.
Obviando las conversaciones cotidianas, tan sólo cotidianas, acostumbradas, que requieren el esfuerzo que otorga la simpatía, la empatía, la necesidad y felicidad de intercambiar ideas, notas, silencios. Silencios. Sosos, irreconocibles e ignorados silencios. No hay egos, o sí, tal vez sí, pero no dan la espalda a la rutina, a la penumbra iluminada de ir a comprar el pan diario, de no echar azúcar en el café. Son los egos que hacen levantarse temprano, pero no para disfrazarse de otros, sino para ir a caminar, a trabajar, a compartir un café, a comprar el pan. 
Buscando el foco. Qué tristes parecen iluminados tan sólo por un pequeño flash que mañana tal vez haya que llevar a reparar.
El té está ya listo. Simplemente listo ya. Acaba de caer la tarde y la calle aparece tan en penumbra como cada día. Creo que he comprado demasiado pan hoy.

viernes, 22 de enero de 2016

Loneliness


Entre el ruido, zambullidos en algo ajeno, en lo de los demás, en su ruido que no es palabra, tan sólo estruendo, ajeno, distante y rompiendo el tímpano a la vez, ajeno, tímpano propio, estruendo ajeno y rutinario. Sólo gargantas sin oídos, sólo palabras sin sentido. Charla ajena, y el silencio de la arena nunca importa, estorba, se mete en los zapatos y erosiona los monólogos. Diminutos fragmentos de silencio que no importan, Nada. Entre el ruido. 

sábado, 16 de enero de 2016

Where to?




Importa la hora.
No.
Importan las hojas en el suelo.
Importan las olas que fingen desgarrar la roca.
No importa nada, y todo nos agota. Como el tiempo.
Time.
It does not matter.
The leaves on the path.
The waves that pretend to tear the cliffs.
Nothing matters, everything wears us out. Time.