Entre el ruido, zambullidos en algo ajeno, en lo de los demás, en su ruido que no es palabra, tan sólo estruendo, ajeno, distante y rompiendo el tímpano a la vez, ajeno, tímpano propio, estruendo ajeno y rutinario. Sólo gargantas sin oídos, sólo palabras sin sentido. Charla ajena, y el silencio de la arena nunca importa, estorba, se mete en los zapatos y erosiona los monólogos. Diminutos fragmentos de silencio que no importan, Nada. Entre el ruido.
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