domingo, 15 de mayo de 2016

Lighthouse


¿Para qué intentar entender que estás ahí, al borde del acantilado, que estás ahí sujeto por las raíces de las encinas, de los matojos y espinos, y no puedes saltar, más allá de ese horizonte? ¿Para qué gritar, sin mover las cuerdas vocales, si las raíces con las que intentan estrangularte presumen de su sordera? Si tan sólo pretendes hallar la tranquilidad que proporciona el horizonte propio, no el que pretenden dibujar para ti. Si tan sólo pretendes ser lo que eres, y no lo un capricho de quien se viste de espejo para que todos se reflejen en él, para quien defiende la libertad de las raíces mientras con ellas te estrangula. ¿Para qué seguir ahí, si no te dejan si quiera encender?
Faro

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