viernes, 23 de mayo de 2014

Social


Clavan las palabras en la mesa, las miradas se vuelven escarpadas montañas. Se araña el aire, mientras se exhala. Y el aspirante se vuelve niebla sin entrañas. Socializa el vaso, el bolígrafo se vuelve inútil batalla, repiquetea el martillear de los asentimientos. Egocéntricas luciérnagas, despliegan sus plúmbeas alas. Monologan las sillas. El aprendiz escapa.

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