As I am writing this I
notice outside my window a man standing on the corner. It’s nearly 1 o’clock,
when the Hare Krishna van is due to park down the street in order to distribute
free curry to the poor of the neighbourhood. Anticipating its arrival, a small
crowd usually gathers, sitting on the edge of the pavement or lounging against
the wall. The man on the corner obviously wants no part of this enforced
conviviality, though he is as hungry and needy as the others. So now he waits,
and when the van arrives and the queue subsides, having shown himself not too
eager, and so set apart from the rest, he walks down the street to collect his
lunch. That is me.
Alan Bennett
Untold Stories
(p. 142)
Al
escribir esto veo por la ventana a un hombre de pie en la esquina. Es casi la
una, cuando se espera que la furgoneta de los Hare Krishna aparque en la calle
para repartir curry gratis a los pobres del vecindario. Anticipando su llegada,
una pequeña multitud se reúne a menudo, sentados en el borde de la acera o apoyados
en la pared. El hombre de la esquina obviamente no quiere tomar parte de esta
forzada cordialidad, aunque está tan hambriento y necesitado como los otros.
Así que espera, y cuando llega la furgoneta y la cola se acorta, tras haberse
mostrado no demasiado impaciente, y tan apartado del resto, baja la calle a
recoger su comida. Ése soy yo.
Alan Bennett
Untold Stories
(p. 142)