Maybe in London, maybe just around the corner, but our feet on the ground, without remembering who we are, where we are, and we are just ordinary people, and we are sitting on a bench resting after a long walk.
Puede que en Londres, tal vez al otro lado de la esquina, pero siempre con los pies en el suelo, recordando quienes somos, de dónde venimos y de que allá donde queramos ir necesitamos caminar. Y siempre hay un minuto para descansar en un banco a ras de suelo.
No me gusta cuando la gente cambia por tener un poco más de dinero, por conocer a más gente, por salir en el periódico o porque digan tu nombre en alto o por llevar una tarjeta de visita.
Desgraciadamente pocos pueden viajar, pero viajar conociendo muchos suelos que patear enseña mucho, es como leer un libro con muchas páginas llenas de interesante discurso, interesante aunque no siempre sea del agrado. Viajar, caminando los renglones de un libro que vamos escribiendo nosotros mismos con los pies siempre a ras de suelo. Y sin cambiar de ser como somos.
Y se puede viajar sin movernos de donde hemos nacido: simplemente escuchando a quienes vienen y van. Pero en tiempos de ruido, cuánto cuesta el silencio. Y cuánto dice.
2 comentarios:
Viajar, caminando los renglones de un libro que vamos escribiendo nosotros mismos con los pies siempre a ras de suelo
Una frase para recordar:)
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