Las cortinas vuelven opaca la realidad, como las semillas de sésamo se desparraman sobre el pan. Y, entonces, ya no estás aquí, te has convertido en qué, en el pan de otro sitio, en las mismas semillas. Sésamo en los recuerdos por crear, la realidad ausente. Velada incomprensión, negativo imposible la hipocresía, fotografía rota antes de ser papel. Y no estás aquí. No te rodean las voces que nunca has querido escuchar, ni te arrebatan el aire las convenciones familiarizadas con la imposición. No estás, pero estás, aquí, allí.
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