sábado, 18 de abril de 2015

Storm


Tormenta

Palabras sobre la mesa. Traducciones de ensoñaciones, que se fragmentan en realidad vana. Veintitrés hojas caídas. Despierta la tormenta. De pronto, en busca de nuevo párrafo, recogemos las palabras. Nos hundimos entre las olas, frías, solitarias. No somos nada, nada, ni siquiera piedras desgastadas, nada. No somos. Y, entre coma y punto y coma, palmada envenenada, nos lo recuerdan. Ni truenos, tampoco relámpagos. Estruendoso vacío. ¿Por qué no queremos ser tan sólo nada?

domingo, 5 de abril de 2015

Olas, piedras


Nada más, mucho más. Olas, piedras. No voces, ni sonrisas, doblegadas, no palabras que no significan más que ruido. Tan sólo ese sonido. Y palabras, sin laringes, sin palmadas. Ruido y significado, piedras donde agarrarse, como si el cuerpo venciera, pero hallara la tierra donde sentarse, donde caerse. Palabras con espuma, y sin rabia. Que no te extrañan, que no te denominan rara, ave que pasa y no se posa, que no te asfixian. Olas que nunca llegan, sino como párrafos con puntos y seguido, oxígeno. Piedras que te convierten en persona, tan sólo eso, persona, ola, piedra, tan sólo eso, y tanto.